Páginas

martes, 27 de diciembre de 2016

CUANDO TU ENTORNO NO CREE EN TU FORMA DE CRIANZA




En mis talleres presenciales de iniciación al Método Montessori aplicado al hogar siempre sale el tema de cómo gestionar ciertas situaciones cuando tu entorno tiene otra forma de ver la crianza y la educación
"¡Vaaaale! Yo ya estoy concienciada/o, estoy intentando crecer y transformarme como persona y como pa/madre, estoy intentando ser más humilde, más empática/o con mi hijo pero... ¿Y qué pasa con los abuelos? ¿Y qué pasa con mi marido/mujer que no cree en esta forma de crianza?"



Este es un tema delicado, y para mí, uno de los grandes obstáculos a sortear para integrar la filosofía Montessori en el hogar. ¡Ojo! Que sea un obstáculo, no quiere decir que sea un impedimento. Es una dificultad más que hay que superar.

No tengo una varita mágica para que tu entorno empiece a pensar como tú. No vas a poder cambiar la forma de pensar de otras personas probablemente, puede que de algunas sí, pero en el mundo hay muchos millones de personas que tienen otra forma de ver la educación.
Siempre digo lo mismo. Si quieres que los abuelos apliquen la filosofía Montessori con tu hijo probablemente te vas a encontrar con una respuesta del tipo "A mi me vas a venir tú a enseñar que he criado a 6 hijos y bien que estáis todos"...

Punto número 1. (Si te quedas con esto, ya me doy por satisfecha): Que el mundo no piense como tú no debe hacerte tirar la toalla. Se firme con tu forma de criar y educar. ¡No te rindas! ¡Otra educación es posible y está en tu mano como padre/madre!

5 ERRORES QUE DEBES EVITAR CUANDO TU ENTORNO NO CREE EN TU FORMA DE CRIAR Y EDUCAR


No te desanimes, tu eres la estrella más brillante del firmamento de tu hijo. Deja que tu luz deslumbre a todas las demás estrellas. Si queremos educar desde el respeto a un niño y la libertad, debemos ejemplificar con nuestras actuaciones. Hay 5 grandes errores, bajo mi punto de vista, que debemos evitar cometer, cuando nuestro entorno ve la educación y la crianza bajo otro prisma:


1-Corregirlos o reprenderlos delante del niño: 
El niño no debería ver cómo una persona le dice una cosa y otra persona va por detrás desautorizando y quitando toda credibilidad a la otra. Si creemos en una educación sin castigos, nosotros no debemos castigar a nuestra pareja, a nuestros hermanos o a nuestros padres. (Hablo de un castigo figurado en forma de reproche). No debemos centrarnos en los errores de los demás, si no en dar ejemplo con nuestra forma de tratar a nuestro hijo.

2-Discutir por tener distintas visiones delante del niño:
Si realmente creemos en una educación basada en el respeto, en la confianza, en la igualdad no deberíamos discutir delante del niño. El ejemplo que le damos mientras discutimos es una lección viva de cómo solucionar un conflicto a base de reproches, de malas caras, de desplantes, de contestaciones groseras. Y es justo lo que no queremos para el niño. Nuestro ejemplo vale más que las reglas.

3-Contagiarnos de su forma de ver las cosas, o que nos haga dudar:
La crianza respetuosa, es una semilla que se planta y va creciendo poco a poco. Los resultados se ven a largo plazo. Que otra persona consiga resultados inmediatos con un grito, con un azote, o con un castigo, no quiere decir que lo esté haciendo mejor que nosotros. Sólo que ha cogido el camino rápido de la educación basada en el miedo y en el autoritarismo. No dejes que nadie te haga dudar que el respeto, la confianza, la libertad son las mejores herramientas para educar a futuras personas con valores, respetuosas, conciliadoras y sanas a nivel emocional.

4-Contradecirnos unos a otros:
El error forma parte del aprendizaje. En Montessori los adultos no resaltamos los errores del niño. Es él quien se da cuenta y los corrige cuando ve que algo no funciona. Si corregimos a nuestro entorno delante del niño le vamos a enviar un ejemplo contradictorio. Debemos predicar con el ejemplo y ser luz para nuestro hijo, no oscuridad.


5-Aceptar todo:
Evitar las discusiones, las correcciones en público o los conflictos, no quiere decir claudicar con todo. Nuestros padres lo hicieron lo mejor que supieron con las herramientas y la información que tenían en su momento. En nuestra mano está enseñarles otras herramientas, darles información que no tienen y hacerlo desde el respeto y el cariño que merecen.



4 CONSEJOS CRUCIALES PARA GESTIONARLO


1. Trata de dialogar sobre el tema en algún momento de relax. 
Con un café y un momento tranquilo todo se habla con más serenidad. Explica por qué crees en esta forma de criar. A veces discutimos cuando se producen los momentos de tensión en presencia de los niños, pero ni siquiera nos hemos parado a tratar estos temas con nuestro entorno. Regala algún libro de crianza que te guste especialmente, para que tu entorno pueda leerlo. Si crees que no va a funcionar plantea situaciones concretas con el niño y trata de negociar formas de responder ante él. Explícalo todo desde el respeto.
Si se trata de la pareja, tenemos más confianza como para exponer nuestros motivos, nuestras razones, para dialogar más a menudo sobre el tema a solas. Pero la confianza no nos debe llevar a perder el respeto por imponer nuestra forma de educar. ¡Que una rama no te impida ver el bosque!

2. Que tu ejemplo siempre transmita, en tu forma de relacionarte con otros adultos, la educación que quieres transmitir a tu hijo. 
No te dejes llevar por el enfado o el sentimiento de negatividad.

3.Habla con el niño..
En la vida el niño se va a encontrar con impactos muy negativos, va a tener que presenciar injusticias, situaciones probablemente irrespetuosas. Explicale que si una persona de su entorno grita quizá es que no sabe gestionar su enfado o su rabia de otra forma y que juntos podemos demostrar con nuestro ejemplo que se puede hacer de otra manera...

4.Nunca hables mal al niño de su entorno. 
Trata siempre de que visualice a su entorno desde la empatía y el respeto. Pero sin infundir sentimientos negativos sobre sus personas queridas.



Es verdad que no es fácil, y que mi experiencia como madre, me dice que, desde luego, es el obstáculo más grande con el que me he topado para integrar esta filosofía de vida en el hogar. A veces veo expresiones o reacciones que creo que son desviaciones adquiridas por los impactos que el niño recibe, no ya de su entorno, si no del mundo que le rodea. Ejemplos que ve en el parque, situaciones que ves en la calle, en el cole...


Lo bueno de educar con una filosofía de empatía, respeto, y libertad es que cada gotita va sumando y aunque alguien intente sacar una cucharadita. Las gotitas de educación que recibe el niño en casa siguen cayendo cada día y siguen llenando el recipiente. Que alguien coja una cucharadita de vez en cuando desde luego que impide que el recipiente se llene al mismo ritmo, pero las gotitas, aunque pequeñas, van sumando cada día.





¿Y tú? ¿Qué dificultades encuentras en tu entorno? ¿Cómo lo gestionas?




SI TE HA GUSTADO EL POST
COMPÁRTELO 
POR FA


Si quieres saber más sobre el día a día con mi peque puedes seguirme en facebook e instagram donde compartimos nuestros momentos diarios, lo que nos inspira y también algunos vídeos.

Además, estamos en twitter, pinterest y youtube


3 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo, en mi charla también ha salido este tema, es una preocupación muy grande y es muy dificil de llevar a veces. Lo que digo siempre es intentar hablar, dar el ejemplo (es dificil que tu marido siga dudando de montessori en el momento que ve a su hijo siendo autonómo) y también hablar con los mayores con respecto y siempre recordar que quién forma al niño son los padres, no son los profesores ni los abuelos y mucho menos los tios, son los padres las personas que más influencia tienen sobre un niño. Soy Alessandra de Nuestros Momentos Montessori (no me deja comprobar el OpenID)

    ResponderEliminar
  2. Ayy, qué difícil es a veces...!

    Mi chico sí que lo cree pero claro, como no ha leído sobre el tema al final va haciendo las cosas según lo que yo le voy diciendo... No es lo mismo.

    Mis padres creen que Montessori es genial, porque se lo he explicado. Pero no entienden eso de ni premios ni castigos, así que constantemente cuando están ellos oigo "muuuuy biieeeeeeeeeen, bieeeeeeeeeeen" y expresiones similares xDDD

    Y mis suegros directamente no lo entienden porque es el estilo opuesto al suyo. Aunque no dicen nada... Pero luego hacen lo que quieren y sigo escuchando "bieeeeen, muy bieeeeen" "esto se hace así y así" etc xDDD

    Me apunto tus consejos. No había pensado en lo de corregirles, pero tienes tooooda la razón. Lo voy a intentar poner en práctica :)

    Feliz día!

    ResponderEliminar
  3. Geniales reflexiones y aprendizajes. Mi problema, sin embargo, es encontrar en el entorno lo contrario, el exceso de indulgencia y permisividad sin límites. Premios por todo, dulces y chucherías y todo vale. Al final, mis "normas" (básicas, no soy muy impositivas pero sí hay unos marcos mínimos de comportamiento) pierden valor y cuando yo las marco, parezco una dictadora en el mundo del "todo vale".
    Me desgasta tanto... Y me pone en la posición de mala de la película cuando en condiciones normales, mi hija se comporta sin tener que obligarla... Excepto después de "asilvestrarse" en otros entornos... ainssss que complicado.
    Enhorabuena por Pequefelicidad y ¡muchas gracias!

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Blogging tips