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lunes, 7 de noviembre de 2016

POR QUÉ MONTESSORI EDUCA PARA LA COOPERACIÓN Y NO EN LA COMPETENCIA


Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz. La gente educa para la competencia y la competencia es el principio de toda guerra.

Me apetecía empezar la semana con esta frase tan inspiradora de Pablo Lipnisky, fundador de la escuela Montessori en Bogotá.




6 ASPECTOS DE LA EDUCACIÓN TRADICIONAL QUE FOMENTAN LA COMPETITIVIDAD INSANA ENTRE LOS NIÑOS

Ahora que los niños ya están con los ritmos normales de colegio he creído que es buen momento para reflexionar sobre algunos aspectos que fomentan la competencia entre los alumnos de los colegios tradicionales:

1. Los exámenes: 

Los exámenes son pruebas constantes para calificar a los niños. No tienen en cuenta el ritmo individual de aprendizaje. Pretende que todos los niños adquieran los mismos conocimientos al mismo tiempo. Cuando un niño va más lento en una materia se le castiga con una mala nota. Esto provoca en él un sentimiento de tristeza y frustración, sobre todo cuando observa que su amigo y su compañero ha tenido una nota brillante.




2. Trabajos para casa con nota que terminan haciendo los padres: 

Maquetas hechas con macarrones, peluquerías perfectas con brillantinas y palitos, máquinas con poleas, proyectos que lucen, hechan humo y hasta fuegos artificiales que los padres hacen a altas horas de la madrugada sacrificando sus momentos de descanso para que el niño tenga buenas notas. Luchamos por que el proyecto de nuestros hijos sea el más espectacular, pero nos importa poco que el niño participe y aprenda de él poco o nada. Luchamos por competir contra los demás y los niños interiorizan esta competitividad.

3. Notas: 

Las notas son el momento clave del curso. Las que dictaminan si un niño aprende o no. Lo hacen de tal forma que si un niño tiene curiosidad sobre bichos o sobre dinosaurios pero no se ha aprendido los ríos está suspendido y por tanto "necesita mejorar" en la materia. Suponen tal elemento de presión que los niños acaban estudiando para aprobar, y no para aprender. Memorizan conceptos para el día del examen que unos días más tardes quedan en el cajón del olvido. No es raro ver que gente con estudios importantes no sabe, por ejemplo, dónde está Albacete.

4. Equipos competitivos:

Las (pocas) veces en las que se trabaja por equipos se hace de forma competitiva. El equipo con mejor trabajo tendrá un sobresaliente, tendrá un punto más en la nota final... Se lucha por competir contra otro equipo y no por aprender sobre lo investigado.

5. Castigos:

Cuando un niño "se porta mal" en el cole se le impone un castigo. Castigo que a su vez observan el resto de compañeros. En ocasiones es castigado frente a otros 20 niños. El castigo en este punto pasa a ser irrespetuoso. El niño se siente ridiculizado e inferior con respecto a sus compañeros y eso despierta en él sentimientos negativos. Se trabaja poco con el propio niño en hacerle entender de forma respetuosa e individual las consecuencias de sus actos.

6. Premios, pegatinas y gomets:

Los premios sobornan a los niños para lograr un esfuerzo por su parte. Los premios (punto positivo, punto verde, sello, estrellita, nota,...) en el cole tienen un gran peligro. Los niños que se esfuerzan pero no reciben premios porque no han logrado el objetivo se frustran. La motivación pasa a ser una desmotivación. Fomentan la competitividad entre los niños. Ningún niño debería ser premiado por aprender. Deberíamos trabajar más en que los niños se sientan felices aprendiendo, en que aprendan con curiosidad e ilusión.


¿Por qué Montessori fomenta la cooperación y NO la competencia?


María Montessori pensaba que la educación es el mejor arma para la paz. La Doctora trató de conseguir la paz en el mundo fomentando valores respetuosos y pacíficos en los niños.

1.En Montessori no hay exámenes:

La motivación de los niños es seguir aprendiendo y superarse a sí mismos

2.En Montessori no hay deberes tediosos: 

Se trabaja a través de experiencias. Los niños viven su aprendizaje en el aula. Pueden ampliar conocimientos en casa pero no hay deberes monótonos y repetitivos como ocurre en la enseñanza tradicional. No reciben notas así que cuando fuera de las horas de clase visitan museos, hacen maquetas o investigan en algunos libros lo hacen sin la presión de recibir una nota. Una gran presión de los deberes es recibir una nota a la altura de la del resto de compañeros de clase.

3.En Montessori los niños no reciben notas:

La guía OBSERVA a cada niño. Cada uno de ellos sigue un ritmo individual y no se evalúan ni se etiqueta cada progreso o cada dificultad. Lo cual motiva al niño para aprender sin miedos, sólo por la propia satisfacción de saber.

4.En Montessori se comienza a trabajar mucho por equipos cooperativos en primaria: 

En esta etapa los niños tienen una gran necesidad de sociabilización a la que puede darse respuesta a través del trabajo cooperativo. Los niños cooperan, se ayudan para llegar a conclusiones, para aprender sobre algún tema concreto. No compiten entre ellos.



5.En las aulas Montessori hay Mezcla de edades:

La mejor forma de que el niño no haga comparaciones es poder sentirse parte de una microsociedad donde él tiene niños más pequeños a los que ayudar y también tiene a su lado niños que le pueden ayudar a él. Esto equilibra sus sentimientos. Anula esa comparación constante sobre la evolución de niños de la misma edad y fomenta valores como el compañerismo, la solidaridad, la empatía, la paciencia, el diálogo...

6.En Montessori no hay premios ni castigos:

Se trata de que los niños razonen sobre las consecuencias de sus actos y participen reparando los daños causados, sin ser ridiculizados en público. Las guías hablan en tono suave, siempre a la altura de los niños. Cada niño trabaja a su ritmo de forma individual, de tal forma que si hay hablar con algún niño que está traspasando un límite los demás no son partícipes de ello.  Esto evita que se despierten sentimientos negativos de envidia y competitividad entre los niños.



Hay una última reflexión que quiero hacer antes de acabar, pues es posible que salga el debate. Algunas personas piensan que es importante despertar en los niños el sentimiento de la competitividad para que sean adultos brillantes y provechosos.
Estamos en un mundo competitivo. Es cierto. Pero la mejor forma de ser brillantes, es ser felices con lo que hacemos. Nunca alcanzaremos una felicidad plena si estamos más pendientes de superar al vecino que de nuestros propios logros.
Tenemos que competir con nosotros mismos, para superarnos.  La competitividad entre las personas despierta sentimientos muy negativos. Sentimientos que nos impiden estar en plenitud y que nublan nuestros objetivos reales.
La mejor forma de ser personas competentes es ser felices



Si te ha gustado este post, quizá te guste profundizar más y saber cómo y por qué Montessori educa para la paz.



¿Qué te ha parecido? ¿Educas para la competencia o para la cooperación?


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3 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu reflexión final, tienes razón. Siempre digo que para mí lo más importante es que mi hijo sea feliz (de una forma sana claro).

    Ya me he inscrito en tu taller Montessori de Santander! Qué contenta estoy!!!!

    Feliz día

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  2. Es maravilloso este tipo de enseñanza, lástima que acá en Chile sea económicamente inaccesible para la mayoría...

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