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martes, 26 de mayo de 2020

UN JUEGO BONITO PARA EL CONFINAMIENTO





¿Cómo lleváis las fases? Por aquí vamos avanzando despacito. De momento solo podemos salir una hora al día, así que seguimos pasando mucho tiempo en casa. Es curioso la predisposición que tiene el ser humano a adaptarse a los cambios y sobre todo la inmensa capacidad de adaptación de los niños.

Cada día me sorprendo más de cómo han gestionado todo esto los niños. El confinamiento me ha servido para demostrarme que al final lo esencial para los niños realmente es el tiempo de calidad  y el contacto con sus figuras de apego.

Como todo cambio, ha generado en nosotros emociones de todo tipo. Hemos estado arriba y abajo. Hemos llorado, hemos reído, hemos bailado, nos hemos enfadado, nos hemos reconciliado... Todos los cambios importantes de vida pueden lastrarte o ayudarte a crecer. ¿De qué va a depender? De nuestra actitud.

Poco a poco hemos ido encontrando nuestro equilibrio particular para sacar trabajo adelante. Tengo que decir que, efectivamente, en algún momento he tenido que tirar de pantallas. He intentado que si recurría a ellas fuera el menor tiempo posible y de manera muy ocasional. Sobre todo que no se convirtiera en un hábito.

Hay cinco cosas que nos han ayudado mucho a minimizar el uso de pantallas:

1. Los juegos de mesa
2. Renovar materiales creativos y de expresión artística
3. Libros de conocimiento y cuentos
4. Cocinar juntos y hacer tareas de casa
5. Juego simbólico y juego desestructurado

Así es como hemos ido pasando las tardes en casa. Hoy, precisamente quiero mostraros uno de los juegos de mesa de los que hemos tirado en esta cuarentena. ¿Por qué? Porque son 80 retos que el niño puede hacer incluso individualmente, lo cuál es un punto a su favor.

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