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domingo, 3 de abril de 2016

NUESTRO EJEMPLO COMO FORMA DE APRENDIZAJE





Una de las cosas que se nos pasa muchas veces por alto cuando pensamos en la mejor educación de nuestros hijos es pensar que el mejor maestro son nuestras acciones. Por eso, hoy quiero hablarte de la importancia de nuestro propio ejemplo en la educación de nuestros hijos.

¿Por qué es tan importante nuestro ejemplo?


Los niños tienen un mente absorbente que recoge, procesa y almacena información de manera inigualable.
Los niños tienen que ir formando sus propias conexiones en el cerebro a medida que crecen y reciben información. Su cerebro está preparado absorber todo lo que recibe.
Una de las fuentes de información es su entorno, su ambiente. El grado de estimulación que le de ese entorno será determinante para marcar su evolución, su personalidad futura incluso.
Los tres primeros años de vida (incluyendo la etapa prenatal) serán cruciales para determinar la evolución, personalidad, e incluso la felicidad futura del niño.


Las personas más cercanas del niño son determinantes para marcar su desarrollo. El niño aprenderá de ellas, asimilará como "normales" sus comportamientos, interiorizará sus costumbres, e incluso su forma de ver el mundo y valores.

Por eso, EL EJEMPLO ES FUNDAMENTAL.




¿En qué situaciones debemos tener en cuenta el ejemplo que le damos a la mente absorbente de nuestros hijos?


1-EN NUESTRA PROPIA RELACIÓN CON ELLOS: 

Desde el nacimiento es fundamental buscar la conexión con  nuestros hijos a través de nuestros cuidados, de su alimentación como forma de expresión de amor, y  de nuestro contacto. Esto le ayudará a entender las relaciones sociales con positivismo, a ser receptivo al mundo y a las personas. A mostrarle que el nuevo entorno es agradable.

2. EN NUESTRA RELACIÓN DE PAREJA:

La madre y el padre son dos de los principales espejos donde se va a  mirar el niño. De ellos depende crear un clima de paz, armonía, respeto, donde el niño crezca confiado, con una actitud mental sana y positiva. De su relación de pareja va a depender, en buena parte, la forma de entender las relaciones sociales.

3-EN LA RELACIÓN QUE MANTENEMOS CON NUESTRO ENTORNO

A medida que el niño crece y sus vínculos de contacto se van ampliando a otras personas, más allá de su mamá. El niño va haciendo una especie de esquema y análisis de todas las relaciones que observa.
Por eso, si vamos cabreados en el coche e insultamos al coche que está al lado, el niño tomará este ejemplo como válido. Le estamos dando una señal que el niño normaliza en su cerebro. El niño forma su esquema, cambiarlo luego no será tan fácil (aunque sí es posible, costará más trabajo).
Los modales, el respeto, la empatía, la cordialidad, la cooperación son valores sociales que se aprenden de nuestro propio entorno social.

4-EN NUESTRA FORMA DE AFRONTAR LOS PROBLEMAS

La actitud que tomamos ante las adversidades se transmitirá de una forma u otra a nuestro hijo. La resiliencia es la capacidad para afrontar problemas, y les estaremos dando un regalo de felicidad a nuestros hijos si les mostramos que el cambio forma parte de la vida, que en todo lo malo hay algo bueno y que la positividad marca nuestro destino. El positivismo se aprende, más que aprenderse diría que se absorbe inconscientemente.

5-EN NUESTRA FORMA DE MOVERNOS EN EL MUNDO

Dicho así, suena un poco abstracto, pero lo vas a entender muy rápido. Con esto me refiero a la forma de movernos en un espacio, de tratar al mundo... La forma en que tratamos las cosas, el entorno, los materiales.  Te pongo ejemplos concretos que siempre ayuda; Si nosotros tratamos nuestras cosas con cuidado como merecen, si somos ordenados en casa, respetuosos con el medio ambiente, si hablamos con un tono suave... Si quieres profundizar más en esto ya hablamos de ello en este post. Cómo enseñar gracia y cortesía a los niños

 

6-EN NUESTRAS RUTINAS 

En los primeros años de vida las rutinas tienen mucha importancia. Porque gracias a ellas el niño comienza a orientarse. Le permiten tener puntos de referencia que le dan seguridad. También le dan autonomía. Si un niño se lava todos los días las manos antes y continuación come. Ya sabe que después del acto "lavarse las manos" se deberá dirigir a la mesa para comer, sin necesidad de que nadie deba anunciárselo.
Será más fácil adquirir esas rutinas si nosotros mismos somos constantes con ellas, si nosotros nos lavamos las manos también antes de comer será más evidente para que su mente interiorice y normalice esa acción.
Esto es sólo un ejemplo pero hay muchos ejemplos mucho más trascendentes, por ejemplo; el número de horas que pasamos a diario viendo televisión, o leyendo, o el rato que dedicamos a cuidarnos, a relajarnos, a hacer deporte. Estas rutinas se van inteorizando como costumbre y forma de vida en el niño, y las va adoptando como suyas.
¿Un niño puede tener amor por la lectura sin necesidad de que sus padres lean nunca? La respuesta es SÍ. Pero será mucho más probable que lo adquiera si puede ver lo que disfruta su entorno con ello, si una de sus "personas espejo" le transmite esa pasión.


Somos una lección constante y viva para nuestros hijos, somos espejos en los que mirarse... 

Los niños tienen una mente absorbente capaz de asimilar a una velocidad mucho mayor que la de cualquier adulto. Sólo hace falta ver la velocidad a la que adquieren destrezas como el movimiento, el idioma, el lenguaje no verbal.
Por eso todo lo que vivan los primeros años, desde el momento en que son concebidos, les marcará para siempre.
A veces creemos que no merece la pena hacer un viaje con un niño, o ir a un museo, o cualquier experiencia que se te ocurra... Porque el niño no se va a acordar en un futuro. Lo que vive un niño le marca para siempre, lo absorbe e interioriza de forma inconsciente.

Su aprendizaje del entorno es constante, por eso es fundamental que su entorno físico (ya hablamos en el blog hace tiempo sobre cómo preparar un buen ambiente Montessori al niño en casa, y sobre cómo mantener el orden en casa con niños) y emocional sean estimulantes y sanos.


Es por todo eso que la maternidad te cambia para siempre, empiezas a valorar todas tus acciones como ejemplo para tu hijo, te planteas las cosas dos veces, reflexionas sobre lo que transmites y creces como persona.

Por supuesto, que somos personas humanas, y como tal, a veces erramos. Nos enfadamos, nos cabreamos, explotamos... En nuestro interior va el sentimiento de culpa de sentirnos mal como ejemplo. Creo que lo importante siempre es aprender de nuestros errores, analizarlos, y mirar hacia adelante con la intención de mejorar.


La naturaleza es tan sabia con todo lo que hace, que deberíamos hacerle caso más a menudo.



Y tu ¿De qué manera crees que afecta tu ejemplo a tus hijos?


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6 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo...cada vez soy más consciente de que somos un espejo para ellos, reproduzco la manera de actuar de mi madre ,como hacia con mis hermanas y conmigo, sin darme cuenta...es alucinante lo que tenemos guardado!!!
    Muchas gracias por todo lo que escribes, me encanta y me ayudas muchísimo !!! Enhorabuena por tu nominación y me encantaría un post sobre como lo haces, como te organizas...alucino con el curro que llevas encima!!
    Un besazo enorme

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    Respuestas
    1. Gracias Ines!! A mi a veces también me salen Aires de mi madre...jejeje es inevitable. Lo llevamos dentro. Gracias por tus palabras. Soy súper desorganizada, no tengo ningún secreto. Sólo que Trasnocho bastante para llegar a todo. Trato de marcarme metas a corto plazo, para no dejar para mañana lo que pueda hacer hoy.

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  2. Completamente de acuerdo! A veces me re-sorprendo cuando en un momento cualquiera veo al pipiolillo imitándonos, con cualquier tontería... Es una esponja. El ejemplo es fundamental!

    Feliz día!

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  3. Muy de acuerdo con tus comentarios, así nuestros hijos estén muy chiquis, en mi caso mi niña tiene 7 meses, me encanta que visitemos lugares nuevos que nutran su vida, no importa que conscientemente no los recuerde después. Lo del ejemplo total, aplica en todo sentido y supongo que también desde que son bebés.

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